2009/07/04

090704 . DESFILE EN MADRIZZZ

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2009-01-04 . MADRIZZZ
ESCRACHE A LA CARROZA DEL PSOE
EN EL DESFILE DEL ORGULLO

  • Cobertura minuto a minuto de la acción del Eje de Orgullo Migrante
  • centrodemedios.org, 2009-07-04 # Rompamos el Silencio
19:59: Cuarenta activistas de Rompamos el Silencio vestidas de negro acaban de bloquear el paso de la carroza del PSOE, tumbándose en el suelo, al grito de "Con fronteras no hay orgullo".

20:00: L@s activistas, vestid@s de negro, portan pancartas en las que se puede leer "Inmigrante expulsado", "Inmigrante expulsada", "Gay expulsado", "Lesbiana expulsada", "Trans expulsada". Permanecen tumbad@s delante de la carroza, mientras la animadversión crece a su alrededor.

20:06: Algun@s de los participantes de la carroza del PSOE en la manifestación del Orgullo dan patadas a l@s activistas de Rompamos el Silencio y lanzan objetos y agua y tratar de tapar con banderas del PSOE a la gente que está en el suelo. Otro sector de la manifestación, sin embargo, aplaude y jalea la acción.

20:08: Se despliega una pancarta, en la que se puede leer "¿Dónde están l@s migrantes LGTBQ deportad@s?", firmada por Rompamos el Silencio. L@s activistas gritan "Siete días de lucha social" y "Tomando las calles, rompiendo el silencio".

20:09: Siguen los gritos, y poco a poco, l@s activistas comienzan a levantarse del suelo, dando por concluída la acción de visibilización.

Con esta acción, se da por concluída la Semana de Lucha Social 2009. Volveremos el año que viene, y seguimos cada día!

Comunicado de la acción del Eje de Orgullo Migrante:

Esto es un señalamiento no violento ante la carroza de propaganda del partido "socialista obrero" español para denunciar el inhumano trato que se esta dando a las personas migrantes, especialmente las transgenero, transexuales, lesbianas y gays.

Queremos denunciar la completa ausencia de garantias de derecho de asilo para las personas perseguidas por motivo de su orientacion sexual o identidad de genero. Reivindicamos que la conquista de los derechos de todas las transmaribollera no sea a costa de dejar de lado a las personas migrantes.

Sabemos que en los ultimos dias se ha aprobado una reforma de ley sobre el derecho de asilo que, cinicamente pretende hacernos creer que se va a producir un sustancioso avance para otorgar el asilo por estos motivos cuando explicitamente se excluye a las personas perseguidas en el interior de la union europea

Asi mismo queremos denunciar tambien la politica y la ley de extranjeria que este gobierno ejerce sobre las personas migrantes encerrandolas de forma carcelaria en centros de internamiento a extranjerxs CIES dando cobertura e impunidad a la practica de torturas y vejaciones, realizando redadas fascistas sistematicas en las calles y puntos de encuentro cotidiano de las personas que no comparten un color de piel soñado por muchxs de lxs politicxs que se autodenominan democratas.

En Madrid a 4 de Julio en este "orgullo" convertido en una pasarela comercial al servicio de una fiesta empresarial destinada solo a personas de alto poder adquisitivo.Hoy levantamos la voz mientras las leyes que consideran a las personas transexuales como enfermxs mentales, Zerolo y las "feministras" se manifiestan en la cabezera de esta manifestacion. Hoy rompemos el silencio mientras la organizacion de esta "manifestacion" acosa y persigue a los vendedores ambulantes de unas calles de Chueca que son de todxs!

¡ CON FRONTERAS NO HAY ORGULLO !



  • Madrid, capital gay
  • El País, 2009-07-05 # Elvira Lindo
Madrid se ha convertido en la capital gay del mundo. Tiene su lógica. Madrid es una ciudad en la que no ha terminado de cuajar la reivindicación de las fiestas costumbristas. Sin embargo, lo gay, que supera lo puramente homosexual, ese concepto "gay" que añade a su actual sentido sexual, reivindicativo y cultural el significado de "alegre" que se le daba en los años treinta, ha calado hondo en gran parte de la ciudadanía y ha superado las previsiones que imaginaban los promotores de esta marcha veraniega. Madrid es gay, es alegre, sí, vivísima, es una ciudad manga por hombro, a ratos áspera y agresiva, y a ratos más acogedora que ninguna. Y es ese carácter espontáneo, nocturno y cimarrón de nuestro gran poblacho lo que ha propiciado que una fiesta que fue concebida para un determinado grupo social se haya extendido a otros sectores desprejuiciados y con grandes ganas de divertirse. Tal vez esto parezca demasiado banal al grupo más radical del mundo homosexual pero en la propia naturaleza de lo gay la superficialidad y la conciencia se dan la mano, la carroza y el manifiesto, el baile y la pancarta. Con los años, el Día del Orgullo se ha convertido en una especie de celebración de la llegada del verano.

Y en toda esta algarabía de carácter ya internacional, Chueca es el epicentro. Tiene ya un carácter simbólico, de la misma forma que en Nueva York lo son las calles del Greenwich Village que rodean al pub Stonewall Inn, donde se produjeron los primeros disturbios reivindicativos gays tras la irrupción de la policía en aquel bar en el se acogía a los clientes más marginales de esa comunidad. Hoy, la marcha del Orgullo neoyorquina no se puede disociar de ese lugar histórico. De la misma forma, las fiestas madrileñas no se entienden fuera de Chueca, barrio al que van a ejercer su libertad a lo largo del año chavales de toda España, de lugares más pequeños y más opresivos donde aún no pueden expresar su condición abiertamente. Pero Chueca no es un gueto para homosexuales. Es más, muchos gays detestan los lugares excesivamente tendentes al estereotipo. En Chueca se mezclan gays y heteros, jóvenes con ganas de marcha y ancianos con ganas de dormir, bebés que precisan tranquilidad y un gentío que no ve el momento de irse a la cama, gente que sabe divertirse discretamente y gente que usa la ciudad como un vertedero. De todo eso hay. Siendo pues el centro de Madrid uno de los lugares más vivos de Europa hay que ser sensibles a la hora de ver la manera de introducir dos millones de personas con ganas de juerga en esa ratonera urbana que es el cogollo de Chueca.

Hay diferencias entre las celebraciones neoyorquinas y madrileñas. No en la naturaleza de la marcha, que comparte esa estética desmesurada y esa intención de afirmación, sino en la duración y en el trazado de la propia ciudad. En Nueva York, las celebraciones tienen una duración muy delimitada, como todo, forma parte de la naturaleza expeditiva americana; por otra parte, el río de gente que participa en esta marcha (más cutre que la madrileña) discurre por la Sexta Avenida con menor número de gente y de manera más espaciosa.

Con las ciudades hay que ser tan sensibles como con los grupos que las conforman. El colectivo organizador del Orgullo madrileño debe pensar que su fiesta ha adquirido tal magnitud que requiere estudiar muy atentamente tanto el éxito de la convocatoria como la duración y la molestia que supone para aquellos que prefieren quedarse al margen. Por otro lado (contradicciones del equipo de Gallardón), la elección de Ana Botella, especialista en distinguir las peras de las manzanas, para lidiar con este asunto no es la más acertada. Para que la fiesta continúe tiene que haber buena sintonía entre Ayuntamiento, vecinos y organizadores.

Ah, una ligera advertencia: leí que los convocantes afirmaban que el Ayuntamiento nunca había apoyado abiertamente estas fiestas por su naturaleza de apertura sexual. ¡Mejor! No hay nada más artificial que las fiestas subvencionadas en las que los políticos quieren hacerse su fotito de rigor. Dejemos a las fiestas callejeras su carácter espontáneo y popular. Al menos en Madrid, ciudad gay, es lo que mejor ha funcionado.


2009-06-28 . MADRIZZZ
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  • Jóvenes gays requieren plan de asistencia
  • El grupo vulnerable propone abordaje de problemas que enfrentan los adolescentes. El Estado aplicará una guía. Activistas señalan que los menores de edad con diferencias sexuales y de género necesitan herramientas para afrontar ataques.
  • El Telégrafo [Ecuador], 2009-07-17 # Lucía Real Hidalgo . Quito


  • ¡Qué mariquita ni qué niño muerto!
  • Paco Vidarte · Hartza.com
  • A mi amigo Juan de Ayamonte y todos los que fueron, son y serán niños mariquitas en los colegios de Huelva
"Si volviera a nacer, volvería a ser maricón". O lesbiana. En esto coincidimos todos, al menos todos los que seguimos vivos heroicamente en una sociedad heterosexista y homofóbica porque hemos conseguido salir indemnes con mejor o peor suerte de sus criminales políticas de propagación del VIH, de acoso y persecución institucional y social desde pequeños hasta mayores. Esto es el orgullo gay, no otra cosa. Orgullo de seguir vivos y haber sorteado todo un dispositivo de disuasión encaminado a reprimir, desviar, invertir, obstaculizar, penalizar, martirizar física y psicológicamente nuestra preferencia sexual.

Sin embargo, pese a todo el orgullo gay que podamos acumular a lo largo de la vida y habernos construido un nicho social, familiar, laboral en el que sentirnos a gusto y absolutamente felices, creo que casi nadie sería capaz de decir esta otra frase, similar a la anterior, sin sentir un escalofrío por la espalda y ver cómo se le pasan cinematográficamente, en unos segundos, escenas de horror amontonadas en el desván de la memoria: "Si volviera a nacer, me gustaría volver a ser el niño mariquita de mi colegio". Es nuestra piedra de toque: no querer volver a vivir la infancia, un contexto donde nuestra autoestima era imposible. Toda nuestra infancia a la mierda, nada se salva. No quiero haber sido niño. Las maricas no miramos atrás. Vivimos y recordamos desde que empezamos a ser felices y de ahí en adelante. El presente y el futuro son nuestros. En el pasado sucumbimos. Quizás no todos, ni del mismo modo. Esto no es victimismo. Es historia. La historia de la España mariquita que siempre ha perdido en los dos frentes y cuyos muertos ni siquiera se desentierran ni son honrados.

Yo soy un niño muerto. No porque me solidarice hipócritamente con ninguna víctima del bullying, sino porque si alguna vez fui un niño, murió rápido: yo lo asesiné y lo enterré vivo buscando salvarme en mi vida de adolescente. Al que también enterré vivo, dándole con la pala en la cabeza hasta que dejó de moverse. Luego ya nunca he vuelto a sepultarme y tampoco creo en los fantasmas. Ahora sé defenderme.

"Si todos los niños y niñas deben estar protegidos contra los malos tratos (art. 6 [de los Derechos del niño]), eso significa que no se puede ejercer sobre ellos y ellas violencia física, psicológica o simbólica con el único objetivo de promocionar una identificación heterosexual o de castigar actitudes, gustos, opiniones, aficiones, etc., que se quieran interpretar como señales de disconformidad con un modelo de rol de género o con una posible preferencia sexual" (Llamas, R. y Vidarte, F. J.: Homografías. "Nenaza. La invención del niño mariquita", Madrid, Espasa-Calpe, 1999, p. 111). Hace ya muchos años que escribimos esto Ricardo Llamas y yo. Y que hablamos del suicidio y del acoso escolar por estos motivos nunca atendidos y siempre silenciados. Como sucede hoy.

Estamos asistiendo a una invasión mediática de algo que hemos sabido y experimentado siempre. Ahora parece que tiene nombre. Un nombre ininteligible e inescribible en castellano: bullying. Como si lo hubiéramos importado de culturas anglosajonas más avanzadas que la nuestra. De nuevo asistimos en nuestro país a un alejamiento culpable de toda responsabilidad respecto del "proyecto de exterminio de los (niños) mariquitas" como si fuera cosa de estos tiempos revueltos de crisis de autoridad y familia nuclear desmembrada por la Play. Ya es hora de que revisemos el sistema patriarcal heterosexista en que vivimos que provoca mortalidad infantil en las aulas, acoso, montañas de sufrimiento, mujeres maltratadas y asesinadas y más cosas terribles. Lo mismo que en Euskadi, parece que la culpa la tienen cuatro locos violentos irracionales, niños malos. La cosa es no mirarnos nunca el ombligo ni reconstruir la historia de un país de machitos violentos, heterosexistas, patrioteros, patriarcales, misóginos, creyentes, homofóbicos, deportistas y celosos asesinos de todo cuanto amenace su cada vez más precario sistema de opresión. Javier Sáez, amigo y teórico queer, me comentaba que en dos estudios franceses recientes sobre factores de discriminación en las aulas, a uno se le olvidó incluir la "homosexualidad" y el otro le preguntó a los niños directamente si eran homosexuales. Todos callaron, naturalmente. ¿Quién va a decir en su clase que es mariquita? El resultado del estudio fue que no existía discriminación por orientación sexual en las escuelas.

Menos científicamente, yo he hecho una pequeña encuesta entre amigos que cualquiera puede hacer rápidamente y, no por azar, a todos nos venía a la memoria alguna escena de acoso, de humillación. O incipientes estrategias de supervivencia y disimulo: "Yo no tenía pluma, pero era gordito, tenía gafas, era el empollón, un niño muy raro, muy complicado, introvertido, no me relacionaba, vivía en mi mundo, iba a mi bola, tenía uno o dos amigos tan solo y me dejaban en paz". No se trata de tener a todo el profesorado buscando y detectando persecutoriamente a los niños mariquitas para hipervisibilizarlos, patologizarlos, señalarlos y así poder "protegerlos". Ya me veo las quejas de los padres viendo su orgullo familiar por los suelos: "Mi niño ha sido objeto de acoso pero ¡no es mariquita!".

El problema no es que la agresión, el acoso convierta socialmente a la víctima en mariquita, la raíz del problema es que el bullying rubrica la heterosexualidad de los agresores en una edad temprana donde buscan afirmar su virilidad e identidad sexual como pueden, como ven, como siempre se ha enseñado en España (un país que apremia a ser hetero cuanto antes): a golpes con los maricas y las mujeres. Y demás antiespañoles.

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